Liuteria Dalla Quercia
Maestro Liutaio Frank Eickmeyer

Aquello que canta con la madera

El luthier Frank Eickmeyer sobre la horma de Stradivari

También la luna suena el violín. El viento, el tiempo, la naturaleza - todos estos componentes se unen, cuando un virtuoso toca las cuerdas. Cuando El luthier Frank Eickmeyer (37) se trepa con su camión por los "Dolomiti", hace un viaje espacial, casi como un astronauta.

El busca sobre los 1200m el abeto que suene mejor. Por ello consulta primero el calendario astronómico.

"El tronco debe talarse durante la "luna calante", es la regla de oro: solo cando la savia del arbol se encuentra en las raices, la madera es apta como madera acustica. De otra forma, si se cortan en otras fases de la luna, la madera no se estaciona y por ello en el instrumento quedan siempre las tensiones."

Existen comerciantes de leño acústico. Pero por el hecho de controlar la luna, el hijo del ex-gobernador de Costanza prefiere treparse el mismo con una guardia forestal sobre los mil metros. En el lugar selecciona las maderas para sus instrumentos:

"Yo nesecito ver el arbol y entender como ha crecido". Es casi imposible hallar un abeto que no crezca con una torción (el tronco se gira lentamente entorno a si mismo). Estan los gigantes que se tuercen muchisimo y otro muy poco. Esto influye mucho el el corte de la tabla, que se hace perpendicular a los anillos.

Los comerciantes prefieren vender la madera ya cortada). De esta forma para el luthier es imposible seguir el crecimiento natural de la fibra.
Luego de que el arbol es cortado, Eickmeyer se inclina al tronco y apoya la oreja sobre el corte fresco, mientras la guardia forestal, del otro lado con un martillo da golpes a la madera. Si el arbol es apto, su madera canta.

Ya el "Cremonesi" Andrea Guarneri (1626-1698) y Antonio Stradivari (1644-1737), los grandes de la liuteria, celebraron el mágico ritual sobre los Dolomiti. "Il violino é un figlio dell'Italia ("El violin es un hijo de la Italia") afirma el "Musiklexicon" di Horst Seeger: "Fueron los luthiers italianos a conferir al violino aquella forma, belleza e amplitud del suono, aquella misma magnificiencia que hicieron fallar todos los tentativos de los ultimos 200 anos de aportar modificas al instrumento con el intento de obtener resultados similares a los instrumentos originales."

Entonces, que cosa lo trae a Eickmeyer a Bologna?

"La forza del destino", dice con tono irónico. En su familia todos sonaban un instrumento. Frank era el violoncelista - un talento, decían los adultos. Crece en Meersburg al lado de un gran bosque: "La materia "madera" me fascinaba ya de chico".

La escuela Steineriana descubrió mucho los dotes artísticos. Pero un día, después de un concierto, le vino una duda: "la música es limitada por el. El instrumento toma el sol durante elverano tiempo puede estar quieta. Después del aplauso queda una grata sensación, pero nada de concreto. Un instrumento y el arco en cambio es un medio sólido para hacer música. Por esto tome la desición de hacer el liutaio. Ahora cuando trabajo sobre un instrumento me siento como si hiciera música, cuando sueno en cambio, estoy costruyendo."

Donde estudiar, en el Mittenwald Bavarese o en la italiana Cremona? Frank hizo el concurso en la dos cuidades. "En realidad se trataba de una pseudoalternativa porque en Mittenwald admitían solo siete candidatos sobre mil. La prueba de admision consistía en una prueba prática, la costrucción de una roseta, luego en el diseno técnico de un instrumento, y al final una prueba musical sobre el instrumento.
Los alemanes buscan de hacer todo mas difícil y sin el titulo de maestro (Meisterprüfung), que se obtiene despues de 6-8 anni, es imposible abrir una propria actividad."

Una vez que ha comenzado la mitad del ano escolástico, hizo un primer viaje a Gubbio (Umbria) a del maestro Gualtiero Spataffi. luego el traslado a Cremona, donde luego supo del la admision a Mittenwald, donde el no quizo estudiar. Sus colegas de Cremona le aconsejaron de andar absolutamente (Que buena publicidad para la escuela de liuteria de Cremona!). Una ocasión del genero no podía desperdiciarse. "Pero quien ha estado ligado a Italia dificilmente sabe separarse luego."

El adiestramiento asemejaba a auquel de "Gebirgsjäger" (Los "Alpini bavaresi"), los maestros eran absurdamente severos, la palabra "artista" era una bestemmia. Las alumnas rompían siempre en llanto, recuerda Frank.

"En Cremona hay 300 luthiers apretados en poco espacio. Esto provoca un ambiente tenso." Entonces decide estudiar liuteria con el maestro Renato Scrollavezza, donde terminò el aprendisaje y consigueeil diploma en conservatorio "Arrigo Boito" para después trasferirse a Bologna, en via del Pratello donde ahora vive y trabaja en la bodega bajo los antiguos porticos. Una calle larga y estrecha, Hoy zona peatonal, Donde cada tanto Frank exibe sus violoncelos.

Un liutaio alemán en Bologna? "Nada nuevo en el frente", afirman los historiadores. En 1492 vivía en Piazza Maggiore un cierto Hans (de sobrenombre Giovanni )mentre Lukas Mahler, muerto en Bologna en el 1552, es considerado por los luthiers alemanes como el "Stradivari del Liuto". Los "Fugger di Augusta" compraron sus instrumentos. Mark Unverdorben e Hans Pos fundaron bajo las dos torres otras dinastías que se arrinconan a los instrumenti de cuerda costruidos con madera en los Alpes bavaresi. A los Bologneses no les daba fastidio que inmigrantes alemanes hicieran liga y tuvieran relacion entre ellos en lo profesional. Al contrario, Frank Eickmeyer pega en sus instrumentos la etiqueta con su nombre italianizado "Francesco Dalla Quercia": Los violines italianos son considerados como los mejores y los clientes quieren violines hechos por autores italianos."

No solo Cremona, también Bologna tiene una bella tradición de liuteria. Raffaele Fiorini hijo del '700 por ejemplo fué tan famoso que podía permitirse de comprar la herencia de Antonio Stradivari - que solo mas tarde "Cremona recompra. Hoy los Stradivari e Guarneri tiene una cotización muy alta. Dice Eickmeyer: "Los solistas buscan un violin tanto bueno para tocar como para impresionar al público. En realidad hacen sus conciertos con una buena copia porque el original es muy pecioso como para arriesgarlo."

El Stradivari tiene un sonido argentino, penetrante y armonioso se nota desde su impecable construcción. han sido conferidos tambien con otros epítetos, como "parecido al oboe" o "apollineo", mientras los trabajos de Guarneri, que son mucho menos perfectos en la ejecución, tienen un sonido mas blando, flautado y dionisiaco. La cuerda de Sol tiene raices muy profundas. En cambio las cuerdas de un Stradivari son perfectas", dice Eickmeyer.

"Il canto della terra" de Guarneri, "la armonia del la esfera celestial" de Stradivari: los violines no tienen solo su alma, son tambien motivados epecíficamente. En la música de cámara se requiere un sonido capaz de fundirse con los otros instrumentos, el solista debe meter en vibración también los angulos mas remotos de la sala de concierto.

Una tabla de violin pesa entre los 60 e 70 gramos, es de un espesor entre los 2-4 mm y tiene un peso de 40-60 kg .Una madera demasiado sutil puede crear un bello sonido enseguda con una facil respuesta, pero en el curso del tiempo cede y el sonido pierde potencia. el liutaio no debe quitar mucha madera, para que su creación resista al curso del tiempo: "ya después de un ano desubro el tiempo del violín. Después de tres anos estoy absolutamente seguro.

"He construído mas de 50 instrumentos, registrando muy bien la diferencia constructiva entre ellos para depués ponerlos en relación con el sonido . Siguiendo este sistema empírico (que se basa fundamentalmente sobre estos parámetros: material, frescura de la tabla, peso especifico) en 15 anos logre resultados sorprendentes," dice Frank. "no dejo niente librado al azar, cada cliente tiene exigencias diversas, los parámetros cambian en el momento en que el cliente es un Kammermusiker, un orquestista o un solista".

15.000 Euro cuesta un violoncello, 8.000 Euro cuesta una viola e 7.000 Euro un violino. los clientes son amatori y orquestistas de todo el mundo. También Kentaro Yoschii, solista de la Sinfonica de Vienna suena un violoncello Dalla Quercia. "La comisión de un entero "quartetto d'archi" me dio la posibilidad de realizar una visión personal y de crear un cuerpo único sonoro" explica el luthier.

Los chinos empujan en el mercado. Estudiaron en Cremona y tienen los precios imbatibles. Utilizan madera del Himalaya: "Estos instrumentos superna todos los otros en el precio. Su sonido en pleno y rotondo. Es por ellos que no hacen concurrencia de excelencia", dice Eickmeyer.

Sería posible crear un violín con la ayuda de una computadora? Frank sacude la cabeza: "se han invertido millones, pero han fallado todos porque no existe una música igual para todos y ningún ideal sonoro objetivo. Un instrumento es culaquier mucho mas que madera con cuerdas. Sin la habilidad y la sensibilidad del maestro no se logran buenos violines."

Veit Mölter
 

Liutaio corre ladrón y violin

Recuperó el "Poggi" de 100 millones de liras robado a un orquestista de la comuna

"La Repubblica" - Bologna, April 11, 2000

Cuando abrí la vieja caja vi el Poggi del ´68. Sus curvas, el riccio, la levigatura, entendí rapidamente que era un violin robado dos meses atrás.

Frank Eichmeyer, Liutaio de via del Pratello, ha recuperado despues de una rocambolesca persecución un violin de 100.000.000 LIt. robado en febrero a un orquestista de la comuna. Ya dos años atrás el liutaio-detective ha hecho un salvataje similar.

Unos días atrás un joven italiano, pelo largo recogido en una laraga cola, se presentó en la liutería de Frank. "Encontré este violín en una cantina, pero no entiendo mucho del tema y me gustaría venderlo..." dijo abriendo la vieja caja y haciendo ver la joya al liutaio.

Apenas vi que se trataba de un Poggi - cuenta el artesano - comence a temblar: Había entrado en mi negocio una verdadera complicación. Entendín que era robado y entonces comence a hacer tiempoy buscar ayuda, le dije que en el momento no tenía dinero, pero podía consultar a un viejo coleccionista que seguramente lo habría comprado.

El venderor no sospechaba de nada y siguió al liutaio en via Pietramellara. Mientras caminaba-continua Frank, recordando la escena en su negocio- tenía el brazo siempre cerca a la viaja caja que el portaba celosamente, estaba listo a arrancarselo.

El negocio del coleccionista estaba cerrado. Entontonces comenzó un sutil juego entre el liutaio y el ladrón. Frank hizo pasear al ladron por las calles por media hora, hasta llegar a las oficinbas de la policia municipal en Via San Rocco. Lo empuje a la entarda.

Entendió la situación y comenzó a correr. Pero hice en tiempo de arrancarle el violín. Frank coimenzó a perseguirlo. Pero en ì porta San Felice lo perdió.

Cuando abrió la caja -continua- estaban todabía las fotos del propietario. En ese momento me vino la duda de que el hombre que había entrado en mi negocio no hubiera encontrado de verdad el violín en la cantina y que no fuera el verdadero ladrón.

En todo caso el precioso violín volvió a las manos del propietario y Frank espera una recompensa: No fue fácil arrancarle el violin.